diumenge, 28 de setembre del 2014

No te enfades conmigo


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cuando era una niña, por lo visto, siempre hacía lo mismo; me enamoraba de una muñeca y no paraba de sufrir hasta que me la compraban. Luego, al poco, me aburría de ella y empezaba a desear otra nueva. Es decir, que mi motivación real no era tener a muñeca; mi verdadero objetivo era desearla, soñar con ella y sufrir por ella.

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Nadine Velasco

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