diumenge, 31 de juliol del 2016

Je plains le temps de ma jeunesse


(...)

Allé s'en est, et je demeure

François Villon

dijous, 28 de juliol del 2016

Al carrer - Conversa anònima


"Los hermanos del medio son siempre los más jodidos"

Conversa anònima, 15 de gener del 2016

dijous, 21 de juliol del 2016

He mirat aquesta terra


(...)

Quan l'estiu ajaça per tot l'adormit
camp l'ample silenci que estenen els grills,
he mirat aquesta terra,
he mirat aquesta terra.

(...)

Salvador Espriu

dimarts, 19 de juliol del 2016

Los recuerdos


Los recuerdos suelen
contarte mentiras.
Se amoldan al viento,
amañan la historia;
por aquí se encogen,
por allá se estiran,
se tiñen de gloria,
se bañan en lodo,
se endulzan, se amargan
a nuestro acomodo,
según nos convenga;
porque antes que nada
y a pesar de todo
hay que sobrevivir.

Recuerdos que volaron lejos
o que los armarios encierran;
cuando está por cambiar el tiempo,
como las heridas de guerra,
vuelven a dolernos de nuevo.

Los recuerdos tienen
un perfume frágil
que les acompaña
por toda la vida
y tatuado a fuego
llevan en la frente
un día cualquiera,
un nombre corriente
con el que caminan
con paso doliente,
arriba y abajo,
húmedas aceras
canturreando siempre
la misma canción.

Y por más que tiempos felices
saquen a pasear de la mano,
los recuerdos suelen ser tristes
hijos, como son, del pasado,
de aquello que fue y ya no existe.

Pero los recuerdos
desnudos de adornos,
limpios de nostalgias,
cuando solo queda
la memoria pura,
el olor sin rostro,
el color sin nombre,
sin encarnadura,
son el esqueleto
sobre el que construimos
todo lo que somos,
aquello que fuimos
y lo que quisimos
y no pudo ser.

Después, inflexible, el olvido
irá carcomiendo la historia;
y aquellos que nos han querido
restaurarán nuestra memoria
a su gusto y a su medida
con recuerdos
de sus vidas.

Serrat

dissabte, 16 de juliol del 2016

Amantes de Suzanne


Cuenta el escritor Francesc Miralles que él, siendo adolescente, estuvo enamorado de la cantautora Suzanne Vega. Me ha hecho gracia su confesión porque yo también pasé por el trance de sentirme algo embrujado, en su día, por la flacucha de Nueva York, esa artista que el gran público recuerda -si lo hace- sólo por una canción, Luka, no la mejor de su repertorio. La señora Vega, que ahora tiene 48 felices años, no despertó en su día grandes pasiones entre el respetable local, así que su club de fans tenía que se aquí forzosamente reducido, de culto, como dicen los que escriben de estas cosas. Tal vez Miralles -al que no tengo el gusto de conocer- y un servidor seamos los únicos a los que nos dio fuerte. Él, según cuenta en el Avui, llegó a enviarle un poema y -eso es todavía mejor- fue contestado con una postal escrita directamente por la bella. Yo no tuve tanto arrojo y me limité a intentar -sin decírselo- que mi novia de entonces tuviera un aire cercano al de la chica que cantaba piezas oscuras como Marlene on the wall.
La voz suavemente cabreada, castigadora a la par que hipnótica, de Suzanne Vega nos enamoró, son cosas que han pasado toda la vida. Canciones como Small blue thing o Left of center siguen siendo como habitaciones de motel en las que uno se quedaría pasando un semestre mirando el techo. En 1987, cuando nos llegó esta música, también tomamos contacto, a través de la inquieta editorial Columna de entonces, con autores norteamericanos como Bret Easton Ellis y Jay McInerney. Eran libros de portadas rompedoras que entraban por los ojos. Todo hablaba de Nueva York y ése era el lugar de destino anhelado. En aquellos tiempos, por ejemplo, Sergi López todavía no era Sergi López pero ya llevaba dentro todos los personajes de su ropero, a decir de los viejos del lugar. El muro no había caído, la palabra posmodernidad aparecía en los suplementos culturales, Jaume Lorés analizaba el país como nadie, y todos poníamos cara de incredulidad crédula cuando alguien explicaba que el amigo de un primo mayor que nosotros había muerto de sida.
Yo fui amante virtual de Suzanne Vega, como Miralles, en aquellos ochenta que nos detestaron. El pasado junio, la cantautora sacó un nuevo disco, Beauty&Crime, después de seis años de silencio. Todavía no lo he escuchado y no sé si lo haré. Volver a los viejos amores es muy arriesgado, qué les voy a contar que no sepan ustedes y que no pueda teorizar mejor que yo, en estas páginas, el colega Jordi Llavina. Además la Suzanne de la que yo me enamoré será siempre veinteañera y tendrá siempre un rostro a medio camino del beso y la mala leche.

Francesc-Marc Álvaro

Tom's Diner

divendres, 15 de juliol del 2016

Vista amb un gra de sorra


(...)

Sóc jo la dona que veus    

(...)

Wislawa Szymborska

dimarts, 12 de juliol del 2016

Elena


(...)

Creuant rails, assegut en vagons deserts
vaig mirar com el present solcava el passat
aturant-me davant el vidre.
I el teu rostre té el color
d'un estiu fantasma
que vas deixar caure sense pressa
igual que un vestit ... igual que un vestit ...
en un dia qualsevol ... en un dia qualsevol ...
en un dia qualsevol ... en un dia qualsevol ...

Federico Fiumani

dilluns, 11 de juliol del 2016

La vida


"La vida és allò que et passa mentre estàs ocupat fent altres coses"

John Lennon

dilluns, 4 de juliol del 2016

L'excursió a Tíndari


(...)

Va penjar. Va tornar cap al porxo, però s'hi va repensar. Va entrar altre cop a dins, va despenjar l'auricular i va marcar.
-Lívia, amor meu, ¿com estàs?
A l'altra banda del fil silenci i prou
-¿Lívia?
-Ai, ai, Salvo, ¿què ha passat?¿Com és que em truques?
-¿Què potser no et puc trucar?
-Sí, però com que tu només em truques quan te'n passa alguna ...
-Au, va!
-No, no, si tinc raó. Quan no tens cap maldecap, sempre sóc jo qui t'ha de trucar.
-Entesos, tens raó, perdona.
-¿Què em volies dir?
-Que he estat pensant molt en nosaltres dos.
La Lívia, i en Montalbano ho va percebre amb tota claredat, va aguantar la respiració. No va contestar. En Montalbano va prosseguir.
-No se m'escapa que molt sovint, massa, ens discutim. Com si fóssim una parella casada d'anys, víctima del cansament de la convivència. I això que nosaltres no convivim.
-¿Què més?- va dir la Lívia amb un fil de veu.
-Doncs que aleshores m'he dit, ¿i si tornèssim a començar de cap i nou?
-No t'entenc. ¿Què vols dir?
-Lívia, ¿què et semblaria si ens fèssim nòvios?
-¿Què no ho som?
-No. Som marit i muller.
-Molt bé. ¿Com es fe per començar?
-Així: Lívia, t'estimo. ¿I tu?
-Jo també. Bona nit, amor meu.
-Bona nit.
I va penjar. Ara ja es podia cruspir la "caponata" sense por de més interrupcions.

Andrea Camilleri