dimecres, 29 d’octubre del 2014

La tregua


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Tengo la horrible sensación de que pasa el tiempo y no hago nada, y nada acontece, y nada me conmueve hasta la raíz. Miro a Esteban y miro a Jaime y estoy segura de que ellos también se sienten desgraciados. A veces (no te enojes, papá) también te miro a vos y pienso que no quisiste llegar a los cincuenta años y tener tu temple, tu equilibrio, sencillamente porque los encuentro chatos, gastados. Me siento con una gran disponibilidad de energía, y no sé en que emplearla, no sé qué hace con ella. Creo que vos te resignaste a ser opaco, y eso me parece horrible, porque vos no sos opaco. Por lo menos no lo eras

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Mario Benedetti

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